Estaba ese día en la capilla del convento, me senté a pensar y a reflexionar y vi a un soldado frente a mi. Le vi el casco y reconocí que era centurión. Un centurion Romano de alto rango y vi la palabra ‘Armagedón” escrita en el aire.
De alguna manera no se como pero le reconocí, y dije: “ El centurion’ entonces él dio un paso hacia delante y me dio la espada flameante con fuego! La misma que me había sido entregada en unas visiones anteriores, por uno de los sacerdotes guías en las meditaciones del mes de Junio y dijo, “ Tomad la espada de la verdad, esa será tu protección”.
Le vi su brazo con un guante hecho de correas de cuero. Pero de repente, entraron personas a la capilla donde estaba yo sentada y las monjas estaban cantando y no pude concentrarme bien. Así que me fui a mi casa.
Estando en mi casa, entré en una visión y me vi en el mismo paisaje, y escuche detrás de un árbol en la misma visión una conversación donde alguien preguntaba, “qué puedo hacer para ganar la vida eterna’?.
Vi a el centurion! Le vi el detalle del guante hecho de correa de cuero del centurión y lucía con una armadura de mucho con detalles labrados en su pecho y sus faldas tenían muchas solapas de cuero, la cual representan triunfos de guerra.
De pronto escuche la voz de Jesus que dijo; ‘La desnudez , en el tiempo de mi crucifixión era un símbolo de humillación’ de pronto vi un velo color vino tinto soltarse desde el cielo y cubrió las 3 cruces y veía con mucha claridad el detalle del ruedo del velo…
En ese momento Jesus sale del bosque me abrazó y dijo, ‘tú eres mi hija y ya estás protegida’.
Gracias mi Dios por estas sorprendentes visiones, gracias por escogerme para verlas, gracias por tu abrazo.